El trabajo revela que la mayoría de adolescentes andaluces sigue un modelo de amor romantizado, que puede derivar en violencia de género y en acoso sexual sobre ellas.
Casi cuatro de cada diez jóvenes andaluces de entre 12 y 18 años considera que mantener una relación de pareja afecta negativamente a su vida. Además, predomina claramente un modelo de amor en la pareja desde una romantización basada en celos, control y violencia simbólica, con fuertes consecuencias emocionales para la persona implicada. Este modelo de amor romantizado deriva muchas veces en violencia de género (no siempre identificada por las chicas) y en acoso sexual.
Así se desprende de una investigación internacional denominada 'La caja negra del fracaso escolar. Análisis de las trayectorias de éxito/fracaso escolar en Secundaria Obligatoria desde la perspectiva de las relaciones afectivosexuales adolescentes en la actual sociedad andaluza digital (Romance Succ-Ed)', coordinada por un equipo de investigación de la Universidad de Granada, cuyos resultados se han presentado con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, que se conmemora este 25 de noviembre.
La investigación se ha llevado a cabo en 12 institutos de las ocho provincias de Andalucía -de los que cuatro eran rurales-, y en ella se han realizado 220 entrevistas y 614 encuestas a estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de entre 12 y 18 años. El objetivo general de ‘Romance Succ-Ed’ ha sido identificar las dimensiones que forman la 'Cultura del Romance' en la adolescencia para comprender su incidencia sobre la construcción de trayectorias de éxito/fracaso escolar en Secundaria Obligatoria.
El equipo de investigación está formado por 23 miembros -16 mujeres y 7 hombres-, pertenecientes a siete universidades europeas: Universidad de Granada (Campus de Granada y Melilla), Universidad de Almería, Universidad de Jaén, Universidad de Valencia, Universidade do Porto (Portugal), Nottingham Trent University (Reino Unido) y Universidad de Sassari (Italia). Coordinan el proyecto (financiado por la Conserjería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y por fondos europeos Feder) Mar Venegas y José Luis Paniza, del departamento de Sociología de la UGR.
A las chicas tener pareja les influye más en los estudios
Los resultados de la investigación revelan que los chicos que consideran que tener pareja influye negativamente en sus vidas señalan argumentos tales como "llegar tarde por ella a causa de los enfados", que ellas "le han querido influenciar mal", o "distraerse debido a las peleas con ellas". Por el contrario, las chicas argumentan "desorden mental" o "dejar de estudiar por apatía hasta llegar al absentismo por necesidad de ver a su novio todos los días". Según los datos obtenidos en este estudio, la influencia de tener pareja sobre los estudios es claramente superior en las chicas, ya sea positiva o negativa.
Además, el 34,8% de personas encuestadas que reconoce que la relación de pareja le afecta negativamente considera que es debido a la pérdida de tiempo y de concentración. “Al querer hablar con la pareja se pierde mucho tiempo; al estar pensando en él/ella no te concentras bien”, indican algunos de los/as participantes.
Algunas personas hablan de que les influye negativamente “porque los desestabiliza mentalmente y reducen el tiempo que se dedican a ellos mismos o a sus estudios”. Esta "distracción" es mayor en las chicas que en los chicos, ya que el 64,2% de ellas confiesa que utiliza las redes sociales para mantener el contacto con su pareja. Un 46,1% reconoce utilizarlas para ejercer un control sobre lo que hace la persona que le gusta o su pareja.
El trabajo muestra que la Cultura del Romance Adolescente está formada por ocho dimensiones: edad, amor, pareja, sexualidad, pornografía, redes sociales, referentes culturales y grupo de amistad. “En la muestra de nuestro estudio predomina claramente un modelo de amor romantizado, en que la pareja es, a menudo, calificada como tóxica. La sexualidad muestra una evidente falta de consentimiento derivada de una cultura de la violación, a lo que contribuye la pornificación de la sexualidad, debida al frecuente consumo de pornografía mainstream entre adolescentes”, han destacado Mar Venegas y José Luis Paniza durante la presentación del estudio.
Este modelo es producido y reforzado por dos dimensiones: las redes sociales (cuyo uso es masivo, sobre todo mediante el teléfono móvil, que aparece como dispositivo de control sobre la pareja), y el consumo generalizado de referentes culturales tales como música, principalmente reggaetón, o series de televisión.
Entre los testimonios recabados entre adolescentes participantes en este estudio, el dolor aparece a menudo normalizado como inherente a la pareja. “Me controlaba absolutamente todo. Dónde vas, qué haces, mándame una foto de con quién estás, tus conversaciones de WhatsApp, tus conversaciones de Instagram, dame tu contraseña. (…) Duramos nueve meses. (…) Bueno, aún así, yo estaba, yo qué sé, yo estaba bien. (…) Mi madre ha sido la que me ha salvado, la verdad, de eso. Si no, todavía seguiría diciéndome que me va a pegar”, expresaba una de las participantes, de 13 años.
Control y celos entre adolescentes
El control y los celos construyen, en gran medida, la forma en que se establecen las relaciones afectivosexuales adolescentes. “A tenor de estos datos, cabría pensar que la cultura del romance en la adolescencia está muy ligada a un modelo ideal de pareja tradicional, monógama, basada en la posesividad y el control”, han destacado Venegas y Paniza.
Además, existe una diferencia evidente entre 1º ciclo de la ESO (12-13 años), en que la mayoría dice no haber tenido experiencias sexuales; y 2º ciclo (14-15 años), cuando una minoría ya ha tenido sus primeras relaciones coitales. El 33,4 % de personas encuestadas que afirma haber tenido pareja (o ‘rollo’) reconoce haber hecho el amor alguna vez.
La pornografía es la principal fuente de información sexual para la adolescencia andaluza, según el estudio coordinado por la UGR: casi un 34% de ellos y de ellas reconoce haber aprendido algo sobre sexo mediante la pornografía. Además, la mayoría de participantes asegura utilizar las redes sociales más de cinco horas al día como media, y el 36,5% de las personas repetidoras de curso utiliza las redes sociales más de seis horas diarias.
También la violencia vicaria -utilizar a los hijos/as para hacer daño a la madre- tiene una incidencia destacada entre la adolescencia andaluza. Las redes sociales parecen haber incrementado la potencial capacidad de control de los miembros de la pareja. “No hay ni una sola persona adolescente en las 220 entrevistas analizadas que identifique este grave problema [el control] como una forma más de expresión de la violencia de género”, han destacado Venegas y Paniza.